La inteligencia es una habilidad mental implicada en el razonamiento, aprendizaje y en la percepción de relaciones entre las cosas, la cual requiere de ejercicios básicos pero profundos, estructuralmente, para el desarrollo del cerebro de los más pequeños de la casa.
En ocasiones, asociamos la inteligencia con la capacidad lingüística, matemática, o con los resultados de las calificaciones de los estudiantes en el colegio; sin embargo, se trata de un concepto mucho más amplio.
«El desarrollo de la inteligencia en los niños o adolescentes dependerá mucho del cultivo y acierto que propicien los padres de familia y profesores durante la infancia», comentaron los especialistas de la editorial Corefo.
Desde los primeros años de vida, se le debe enseñar al menor a pensar, conocer y estimular cada parte de su cerebro. Todo niño llega al mundo con una enorme capacidad para aprender.
Según el perfil de desarrollo del método «Doman-Delacato», un niño a los 6 años ya ha aprendido lo siguiente: entender el lenguaje oral; leer el lenguaje escrito; reconocer un objeto mediante el tacto; caminar erguido en patrón cruzado; hablar un lenguaje abstracto, simbólico y convencional; y escribir este lenguaje.
Para potenciar de forma práctica y completa la inteligencia de nuestro hijo, los expertos brindan siete recomendaciones para poner en práctica:
1.- Motive a sus hijos. Con pequeñas frases, recuerde a sus hijos lo inteligentes que son. En el peor de los casos, solo falta poner en práctica su capacidad.
2.- Fortalezca el desarrollo y habilidad de sus sentidos. Con utensilios caseros puede realizar este ejercicio. Por ejemplo, enséñele las diferencias entre el aceite y el vinagre, la sal y el azúcar, o distinguir grosores de folios o cartulinas, tocándolas; instrumentos musicales por su sonido, entre otros.
3.- Escúchalos. Preste atención cuando su hijo le hable o le cuente algo. Aunque lo que diga sea inmaduro, es necesario que tome con seriedad sus comentarios. Asimismo, explíquele a detalle cuando tenga una pregunta.
4.- Fomente el gusto por la música y el arte. Desarrolle su talento a través de talleres o cursos de danza, canto o arte. Incluso, en su propia casa, el niño puede aprender a tocar un instrumento.
5.- Proponer leer un libro. A temprana edad, el niño puede aprender a leer con mucha soltura. Como padre de familia, proponga libros donde los héroes sean valiosos y ricos emocional e intelectualmente y enseñe cómo resolver problemas en los dos ámbitos.
6.- Dejarle que resuelva sus problemas a su edad. Esto se debe aplicar desde aspectos muy sencillos del día a día como: abrocharse el abrigo cuando es pequeño, ordenar su cama, hacer las tareas escolares con la menor indicación posible, resolver sus problemas.
7.- Reconocer lo positivo que hace su hijo. Siempre es bueno felicitar y reconocer los logros que tiene un niño, desde lo más sencillo como cuando se pone bien sus zapatos hasta cuando saca buenas calificaciones en el colegio.
Los especialistas indican que estas técnicas y métodos de aprendizaje temprano no solo ofrecen valiosa información para compartir más con nuestros hijos, sino que, además, los ayudarán a alcanzar las herramientas suficientes que les permitan, cuando sean adultos, elegir aquello que quieran ser.