En los últimos años, autoridades, empresas y sectores importantes de la población han tomado conciencia de la importancia que tienen los recicladores para evitar la contaminación ambiental y apoyar el adecuado manejo de residuos sólidos.
Según el Ministerio del Ambiente (Minam) en el Perú se generan más de 21 mil toneladas de residuos sólidos municipales al día, de las cuales solo el 1 % se recicla, a pesar que el 77 % tiene el potencial para ser aprovechado.
Los recicladores son actores claves en el proceso de reciclaje, porque se encargan de recolectar, separar y procesar los materiales reciclables; contribuyendo así, a la protección del ambiente e impulso del desarrollo sostenible del país.
Para la directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola Perú y Ecuador, Verónica Bonifaz, entre los efectos claves de su labor, destacan los siguientes:
Economía circular. Su trabajo contribuye a cerrar el ciclo de vida de los productos y materiales, convirtiéndolos en recursos que pueden reintroducirse en la cadena productiva.
Además, generan empleo y promueven la creación de industrias de reciclaje, impulsando así la economía circular y la generación de valor a partir de los residuos.
Ambiente. El reciclaje que realizan tiene un impacto positivo en el ambiente, porque al recoger y procesar los materiales reciclables, evitan que terminen en botaderos o sean incinerados, reduciendo así la contaminación del suelo, agua y aire.
Además, reducen la necesidad de extraer nuevos recursos naturales, ayudando a la conservación de la biodiversidad y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero asociados a la producción de nuevos materiales.
Desarrollo del país. Su trabajo no solo tiene un impacto positivo en el ambiente, también aporta a la inclusión social y económica, pues muchos forman parte de sectores informales o de economía popular, y esta actividad les brinda ingresos y oportunidades de empleo.
“Promover y apoyar la formalización del trabajo de los recicladores puede ayudar a mejorar su calidad de vida y fortalecer la economía local”, precisa Bonifaz.
Un mundo sin residuos
De esta manera, la empresa se ha propuesto contribuir al desarrollo de una economía circular en el país, a través de la retornabilidad de sus envases hasta alcanzar un 100% de recolección para permitir su reutilización.
Algunos de los programas de Coca-Cola son:
•Bodegas Sin Residuos (BSR), que tiene como objetivo convertir a las bodegas de barrio en Lima, en puntos de recolección de envases PET, gracias a los contenedores allí ubicados y al incentivo que los bodegueros generan en sus clientes.
En algunos distritos de la capital, las asociaciones de recicladores formales son responsables de la recolección de residuos reaprovechables. Los contenedores para recolección de PET ubicados en las bodegas son registrados en sus rutas de recolección.
El material se procesa para convertirlo en resina rPET o PET reciclado, que se usa en la fabricación de nuevos envases, cerrando el ciclo de botella a botella.
•Recicrece 2.0. Este programa busca elevar la productividad de los operadores e intermediarios de PET de segundo uso, que procesan y venden a los recicladores formales, que previamente han realizado la labor de recolección.
Dentro de su visión por Un Mundo Sin Residuos, la compañía reconoce la importancia de los recicladores en la cadena circular del PET.
Dato
De acuerdo a un censo realizado por el Ministerio del Ambiente (Minam), en el Perú existen alrededor de 180 mil recicladores, de los cuales solo el 3% (5,500) están formalizados.