Este año se cumplen tres décadas del inicio de las investigaciones en la zona arqueológica Caral y por ello es fundamental conocer y comprender las claves y valores de esta ancestral civilización surgida en el territorio peruano, considerada la cuna de las culturas andinas.

Claves de un hallazgo arqueológico sin precedentes y su importancia

La investigadora principal y actual directora de la Zona Arqueológica Caral, Ruth Shady Solís, llegó en 1994, junto a un pequeño grupo de arqueólogos, al valle de Supe e inició las primeras investigaciones en el lugar con recursos propios y, desde 1996, efectuó excavaciones en la Ciudad Sagrada de Caral-Supe.

En 1997, Shady Solís publicó los primeros resultados de sus investigaciones, planteando que se trataba de un centro urbano, ocupado por una sociedad compleja que edificó una sofisticada arquitectura, en tiempos anteriores al inicio de la utilización de la cerámica en los Andes.

Desde entonces, y a través de la investigación en doce asentamientos arqueológicos, a lo largo de 30 años de trabajo en equipo, se ha precisado que la civilización Caral se formó en el área norcentral peruana, durante el periodo Formativo Inicial, hace 5000 años (3000 – 1800 a.C.), casi en simultáneo con las civilizaciones de Mesopotamia, Egipto, India y China. Sin embargo, lo peculiar de Caral es que logró un avance sin precedentes, en completo aislamiento.

De los 12 sitios arqueológicos que viene poniendo en valor la Zona Arqueológica Caral, tres ya están abiertos al público: la Ciudad Sagrada de Caral-Supe, Áspero y Vichama.

Los demás sitios intervenidos son: El Molino, Piedra Parada, Limán, Era de Pando, Miraya, Lurihuasi, Allpacoto, Chupacigarro y Peñico.

De estos sitios, la Ciudad Sagrada de Caral destaca nítidamente por sus impresionantes edificios públicos piramidales con plazas circulares hundidas, escaleras centrales y salones ceremoniales (altares de fuego) en la cima.

Este asentamiento está ubicado a 26 kilómetros del litoral, con una extensión de 68 hectáreas. Comprende una zona nuclear con 32 edificios públicos y varios conjuntos residenciales, y dos zonas periféricas.

Patrimonio Mundial

La Ciudad Sagrada de Caral-Supe fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2009. El Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco aprobó su nominación a partir de los criterios II, III y IV, a saber:

En la Ciudad Sagrada de Caral se encuentran evidencias sobre el intercambio de bienes, conocimientos e ideología con otras sociedades que poblaron el área norcentral del Perú, en las regiones de costa, sierra y selva. Hubo una esfera de interacción interregional entre el valle del Santa por el norte y el valle del Chillón por el sur y entre el Océano Pacífico y la Cuenca del Amazonas, en un espacio de 400 por 300 km; durante el período Formativo Inicial (antes Arcaico Tardío, 3000-1800 a. C.). Sin embargo, la forma de organización social y política de estas poblaciones y el nivel de conocimiento alcanzados trascendieron ese espacio y el tiempo; su prestigio las convirtió en modelo. La civilización Caral sentó las bases de las estructuras organizativas, y muchos de los elementos culturales creados en ella serían asumidos y continuados por otras sociedades.

Al margen de la diversidad de modos de vida, culturas, lenguas y entidades políticas que existieron en los Andes Centrales, Caral estuvo presente como sustrato durante los siguientes cuatro mil años. Caral-Supe puede ser considerada como cultura matriz o madre, que inició el proceso civilizatorio cultural originario andino, que continuó hasta el Imperio Inca. El registro de información, conocido como “quipu” fue iniciado en Caral y continuó su uso a través del tiempo hasta el Imperio Inca.

(III) Aporta un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida.

La Ciudad Sagrada de Caral es un testimonio excepcional de la civilización Caral, la más antigua de América, desarrollada hace cinco mil años, casi simultáneamente con las de Mesopotamia, Egipto e India. Es un laboratorio único en América por su gran antigüedad, para la investigación sobre la formación del Estado; la forma de vida urbana; la diferenciación y jerarquías sociales, los roles del comercio y la importancia de la religión en la organización social; aspectos que pueden ser comparados con los otros focos civilizatorios de América (formados 1500 años después que Caral) y del mundo, con los cuales fue coetánea.

(IV) Constituye un ejemplo eminente de un tipo de construcción, conjunto arquitectónico, tecnológico o de paisaje ilustrativo de un período o períodos significativos de la historia humana.

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Valores de la civilización Caral

La directora de la Zona Arqueológica Caral, Ruth Shady Solís, sostuvo que son ocho los valores que marcaron la Civilización Caral:

  1. La Vida en armonía entre los seres humanos y con la naturaleza.
  2. El manejo del territorio Andino-Amazónico con visión de cuenca e intercuencas.
  3. La organización del colectivo social para la ejecución de obras de beneficio compartido, conducidas por autoridades sociales y políticas.
  4. La identificación de problemas y búsqueda de soluciones a través de la producción de conocimientos.
  5. La equidad de género.
  6. El desarrollo integral del ser humano.
  7. La interacción social con respeto a la diversidad cultural e ideológica.
  8. El registro en la memoria social de las causas de crisis colectivas para mitigar sus efectos.

“Debemos promover la identidad del poblador con su lugar de origen para que contribuya a los cambios necesarios, que mejoren las condiciones de vida. También se debe conocer nuestra historia social en cada parte del país, mediante la investigación arqueológica e interdisciplinaria y asumir al patrimonio cultural como símbolo de integración para el fortalecimiento de la identidad, cohesión y autoestima social”, sostuvo Shady.

En ese sentido, la arqueóloga propuso que las autoridades fomenten cambios en la formación desde la educación básica con visión de contribuir a lograr el adecuado uso de los recursos, mediante el manejo social planificado y organizado.

“Hay que difundir la importancia de la organización del colectivo humano con autoridades sociales y políticas, y dejar el asistencialismo y transmitir la necesidad de prepararnos para mitigar los efectos del cambio climático”, enfatizó.

Cambio climático y abandono poblacional de Caral

La sequía fue el impacto más devastador del cambio climático en Caral, lo que provocó hambruna, muerte, crisis social y finalmente el abandono total de los centros urbanos donde prosperó la civilización más antigua de América.

Así lo sostuvo la doctora Ruth Shady Solís, directora e investigadora principal de la Zona Arqueológica Caral, quien refirió que en los estudios realizados no solo en la Ciudad Sagrada de Caral-Supe sino también en Áspero, en el puerto de Supe, y Vichama, en el valle de Huaura, centros urbanos que componen dicho sitio arqueológico, se encontró estratos con sedimentos de aluviones y arenosos que evidenciaban los efectos del cambio climático.

“El cambio climático ocasionó crisis social en la civilización Caral en determinados momentos”, aseveró en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, al señalar que la misma consecuencia nefasta se aprecia en los centros urbanos del norte de Mesopotamia, en el continente asiático, que también fueron abandonados debido a la sequía severa que generó el cambio climático, un fenómeno natural de alcance mundial.

Shady advierte que las lluvias intensas, desbordes, inundaciones, huaicos y aluviones no son el mayor daño que provoca el cambio climático y eventos como el fenómeno El Niño, sino la severa sequía que convirtió los fértiles valles costeros en dunas.

“La cordillera de los Andes atraviesa el territorio peruano y los valles fueron formados con participación de los habitantes que los ocuparon. Y los ríos provienen del territorio altoandino. Y sin agua, todo fue convertido en arena y la población tuvo que migrar”, manifestó.

Información inequívoca en Vichama

Shady Solís refirió que sitio arqueológico Vichama, edificado hace 3,800 años en el distrito de Végueta, provincia de Huaura, existe información inequívoca sobre la sequía y sus efectos nefastos que provocó el cambio climático.

Los arqueólogos liderados por Shady Solís descubrieron allí frisos con imágenes de adultos muertos con los estómagos vacíos y también de jóvenes realizando una danza ritual entre peces. Esto último alude a que el océano Pacífico les proporcionó los alimentos que les permitieron sobrevivir a la severa sequía. Sin embargo, los estragos en los valles, que se convirtieron en desiertos por el cambio climático tuvieron que ser abandonados.

“En el momento de la crisis la población de Vichama representó con imágenes lo que significó el cambio climático. Por eso es que representan con más de 30 relieves a personas muertas con el estómago vacío. Pero posteriormente edifican un nuevo salón ceremonial que ya no está orientado hacia el norte como el anterior, sino hacia el este, que es por dónde llega el agua. Y representan a un sapo en uno de los edificios, el cual recibe sobre su cabeza el impacto de una especie de rayo. Es un sapo humanizado que parece estar emergiendo de la tierra. En otro edificio se representa a dos serpientes procedentes del este y del oeste que atraviesan cabezas de muertos y se juntan en el centro. Debajo del centro está una cabeza con la boca abierta esperando la llegada del agua”, refirió.

Explicó que esas representaciones habrían sido hechas en una época posterior a la crisis y fueron dejadas para que la gente no olvide que el cambio climático y los eventos asociados a este fenómeno son periódicos.

“El sitio monumental fue completamente transformado con su fachada y plaza circular que ya no se emplazó hacia el norte como ocurría antes de la crisis, sino hacia el este, advirtiendo que el agua estaba llegando desde los nevados de los Andes”, añadió.

Shady Solís comentó que una representación gráfica similar a la registrada en Vichama existe en la cerámica de la cultura Moche. “Aunque no se ha acentuado mucho la investigación, se puede apreciar que también hubo en ese período del 630 después de Cristo otro episodio del cambio climático con efectos similares, dado que se observa representaciones de individuos con cuerpos esqueléticos que evidenciaría la hambruna provocada por una severa sequía”, dijo.

Lecciones aprendidas

Shady Solís considera que esta valiosa lección del pasado debiera tenerse en cuenta toda vez que el cambio climático es un fenómeno que se ha manifestado siempre y de manera global.

Al respecto, adelantó que se proyecta realizar en octubre de este año un evento sobre las lecciones aprendidas por las civilizaciones del antiguo Perú respecto del cambio climático y eventos como El Niño.

“Que se tenga en cuenta sus características y de qué modo se puede mitigar los efectos del cambio climático con todo el conocimiento y la tecnología que se tiene en la actualidad”, expresó.

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