Miles de jóvenes de todo el mundo actúan contra informalidad laboral

Con un ritual de agradecimiento a la Madre Tierra, se inauguró el XV Consejo Internacional organizado por la Juventud Obrera Cristiana Internacional (JOCI), cuyo objetivo es visibilizar la realidad que enfrentan los jóvenes en todo el mundo, como la informalidad laboral que vulnera sus derechos.

En la jornada, presentaron sus testimonios jóvenes peruanos y extranjeros que viven realidades similares y que, por ello, están unidos por la voluntad y el esfuerzo de cambiar situaciones que consideran injustas que no les permiten avanzar en el logro de sus objetivos y metas.

Para la coordinadora nacional de la JOC Perú, María del Carmen Flores, el principal problema de los jóvenes es la informalidad laboral y la vulneración de derechos por parte de las empresas. Debido a ello, los jóvenes buscan emprender para mejorar sus condiciones de vida y tener más oportunidades.

“Estamos promoviendo iniciativas de economía social y solidaria en las comunidades nativas, rurales y de la ciudad –dijo la coordinadora–. En mi caso, la JOC me ayudó a encaminar mi proyecto de vida, defender mis derechos laborales, ver la realidad de los jóvenes trabajadores y trabajadoras”.

“Por ello, invitamos a los jóvenes a ser parte de la organización, porque necesitamos un acceso seguro en el trabajo, conocer nuestros derechos y que no haya situación de precariedad en los espacios laborales”, añadió.

“Aprendemos con la acción”

La coordinadora continental de la JOC Europa, Carolin Moch, lleva más de 15 años ayudando a jóvenes alemanes a tomar conciencia sobre los derechos laborales, a luchar por mejorar la situación en el trabajo y a lograr que trabajadores y trabajadoras sepan que deben actuar para alcanzar la tranquilidad laboral.

“La mayor fuerza de la JOC es que creemos en los jóvenes, porque tienen la capacidad de luchar por sus derechos. Pero esto no lo aprendemos en las escuelas o en los sistemas formales educativos. En cambio, aquí aprendemos con la acción, reflexionamos –destacó Moch–, cometemos errores, pero aprendemos juntos. Tenemos que mejorar para seguir adelante”.

En su intervención, el exministro de Economía Pedro Francke recalcó la fuerza de tantos años de lucha de la JOCI, reconociendo la labor de organización de los jóvenes de todo el mundo, quienes tienen la tarea de construir un futuro mejor para alcanzar sus objetivos.

Momento de grandes cambios

“Estamos en un momento de gran cambio en el mundo y toca a los jóvenes construir ese futuro. A los que tenemos más años nos toca acompañar con nuestra experiencia para que puedan construirlo de la mejor forma”, dijo Francke.

“En los 50 últimos años se han vivido muchas luchas sociales para tratar de defender los derechos de los trabajadores, eso sumado a una política económica que no ha sido tan favorable. En el mundo la desigualdad ha aumentado, la riqueza está más concentrada en pocas manos y las oportunidades para los jóvenes son más difíciles que antes. Sin embargo, buscamos un mundo más justo para los jóvenes trabajadores”, concluyó.

En el Perú, según estadísticas de la Secretaría Nacional de Juventudes (Senaju), la población juvenil en 2020 comprendía más de 7.8 millones de personas entre 15 y 29 años, lo cual representaba a un cuarto de la población total en el país y un tercio de la población en edad de trabajar.

“Desde la Senaju apoyamos estas iniciativas que promueven la mejora de las condiciones laborales de jóvenes trabajadores en todo el mundo. En especial de los peruanos, para reducir las brechas y necesidades que afrontan los y las jóvenes para el ejercicio de sus derechos, los cuales se vieron tremendamente afectados durante el primer año de emergencia sanitaria por la covid-19”, afirmó Rosemary Fernández, representante de la Senaju.

Sobre la JOCI

La Juventud Obrera Cristiana Internacional es una organización fundamentalmente educadora, formadora y transformadora de la masa trabajadora del mundo, que fue fundada por Joseph Cardijn en Bélgica en 1925. La JOCI se extendió por el mundo formando, organizando y evangelizando a miles de jóvenes y llegó al Perú el 15 de mayo de 1935.

Desde entonces, sigue adelante con la lucha a favor de la juventud trabajadora, porque –como dijo su fundador– “un joven trabajador o una joven trabajadora vale más que todo el oro del mundo”.

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