La exposición a sonidos fuertes en las calles como el claxon de los autos, las sirenas de las ambulancias y obras en construcción o el volumen alto de la música en lugares como discotecas, pubs, cines, conciertos, eventos deportivos e incluso gimnasios son los principales factores que ponen en riesgo la sensibilidad de nuestros oídos y con ello la posible pérdida parcial o total de la capacidad auditiva.
En esta lista debemos incluir algunos dispositivos tecnológicos, como los audífonos que utilizamos para reproducir música, los cuales son empleados a volúmenes perjudiciales y durante largos períodos.
El Día Internacional de la Sordera se celebra anualmente el último domingo de setiembre, y este año será el domingo 25. Fue propiciada por la Federación Mundial de Sordos y comenzó a celebrarse en 1958. Es una fecha en la que se busca visibilizar los problemas relacionados con la audición, desde la gestación hasta la etapa adulto mayor.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen al menos 700 millones de personas con problemas auditivos que necesitan atención especializada para mejorar su audición, mientras que en la niñez casi el 60% de los casos de pérdida de audición se deben a causas que pueden prevenirse. La OMS advierte, además, que hay una deficiencia de especialistas en audiología.
El especialista en audiología y director del centro audiológico AudiPhone, Luis Verástegui Barahona, asegura que los efectos de la sordera son diversos, entre ellos, trastornos como la ansiedad, depresión, estrés y envejecimiento prematuro. Además de reducir la calidad y bienestar de la persona, la pérdida de la audición incide en la disminución de la autoestima y conlleva una menor productividad laboral.
“Si bien la pérdida de la audición es una de las patologías más frecuentes en los adultos mayores por el envejecimiento natural de las células sensoriales, actualmente, tanto adultos como jóvenes padecen este problema de salud. Una de los síntomas más frecuentes se observa cuando pedimos levantar la voz durante un diálogo o al ver la televisión y usar el celular lo hacemos a un volumen más alto de lo normal”, señala el especialista.