¿Se puede mitigar el riesgo de desastres en zonas de quebradas o márgenes de ríos?

El desborde de ríos y los huaicos a causa de las lluvias son los eventos naturales que todos los años generan emergencias en perjuicio de las poblaciones que viven en quebradas, laderas o márgenes de los ríos. ¿Es posible mitigar el riesgo de desastre en esas zonas? En esta nota te lo explicamos.

Miguel Estrada, exministro de Vivienda e investigador principal del Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid), asegura que sí es posible mitigar este tipo de desastres que periódicamente deja pérdidas de vida y miles de damnificados.

“Ya tenemos nosotros la tecnología que puede identificar cuáles son las vías (de huaicos e inundaciones). No solamente son las quebradas, sino las márgenes y laderas de los ríos que pueden ser inundadas debido a las grandes precipitaciones (lluvias)”, indicó Estrada en el programa Andina al día.

Para el especialista lo que falta en el Perú es planificación desde los gobiernos locales, las municipalidades distritales y provinciales, porque son ellos los responsables de la administración del territorio.

Dijo que estos gobiernos locales pueden solicitar muy fácilmente los estudios de inundación y de riesgo de determinada quebrada para que la ingeniería pueda rápidamente identificar cuáles son aquellas zonas de alto riesgo.

“Con esta identificación lo que se hace es, justamente, una planificación, es decir, hacer los trabajos de prevención y mitigación en aquellas zonas ocupadas y la declaración de zonas de no habitabilidad en aquellas zonas donde todavía no están habilitadas u ocupadas en zonas urbanas”, explicó.

Tráfico de terrenos

Estrada dijo que sí se puede hacer un trabajo previo de manera técnica y científica el cual sirve para la planificación y la gestión del territorio, lo que evitará la construcción de viviendas en zonas de alto riesgo.

Señaló, sin embargo, que uno de los graves problemas que se debe enfrentar es el tráfico ilegal de tierras, que es una actividad ilegal y delincuencial que lo que haces el lotizar terrenos sin importarle absolutamente ningún tipo de estudio de riesgo de amenaza ante eventos naturales.

Indicó que este es un trabajo que debe liderar las municipalidades en coordinación con la Policía y el Ministerio Público, a fin de ejecutar este proceso de fiscalización del uso adecuado del suelo.

Además, dijo, es necesaria la intervención del Ministerio de Agricultura que, a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), es el encargado de hacer un adecuado manejo de las grandes cuencas.

“Entonces en realidad es un trabajo integral de varias instituciones gubernamentales de diferentes niveles: local, regional y nacional que intervienen en el tratamiento del trabajo de prevención para no tener ya esta problemática, subrayó.

¿Qué hacemos en aquellas zonas que ya están habitadas?

En estos casos, Estrada dijo que hay dos soluciones que se pueden plantear uy que han dado resultados en algunas zonas donde han caído huaycos, como en Chosica.

Una es la instalación de estas gigantes mallas metálicas que retienen el avance del material grueso que es lo que dañan las viviendas.

Asimismo, pueden hacerse represas o sistemas de almacenamiento de agua en la parte superior de la cuenca para luego desaguarla de manera controlada.

Lo otro es la estabilización de las laderas o márgenes de los ríos. O también la instalación de muros de protección o gaviones que funcionan muy bien protegiendo a las zonas urbanas.

Sin embargo, aclaró que este tipo de soluciones son muy costosas y que, a veces, es mejor retirar a lugares mucho más seguros a esas personas que habitan en zonas del alto riesgo.

“Claro que también es un problema social porque hay que conversar con esas personas y hacerlas entender que tienen que retirarse de esa zona que es de muy alto riesgo”, manifestó.

Reconoció que esta labor de reubicación es un problema económico porque hay que habilitar una zona con todos los servicios, por lo menos con agua, desagüe, electricidad, comunicación, pistas y veredas.

“Es un problema transversal que se puede solucionar. De hecho, hay casos de unas mineras que tienen la experiencia de haber movido ciudades o centros poblados completos a una zona mucho más segura. En otros países también lo hacen”, sostuvo.

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