Por Luis Zuta Dávila
El Valle de Urubamba o de Vilcanota, más conocido como el Valle Sagrado de los incas, es uno de los destinos predilectos al visitar Cusco por su inigualable belleza paisajística y porque reúne la mayor cantidad de construcciones de origen inca fuera de la ciudad imperial.
Urubamba es una de las 13 provincias de Cusco, cuyo nombre en quechua significa “Pampa a un día de camino” y cuya majestuosa geografía situada en el corazón del Valle Sagrado resalta por su belleza y variedad de pisos ecológicos y agradable clima que posee.
Es la provincia ubicada al noroeste de la Ciudad Imperial y alberga al Santuario Histórico y Parque Nacional de Machu Picchu, estandarte turístico del Cusco y el destino más visitado del Perú. También posee otros importantes atractivos como los parques arqueológicos de Ollantaytambo, Chinchero y Moray, así como las salinas de Maras, los andenes del distrito de Yucay, la iglesia de Santiago Apóstol, entre otros.
A continuación, los emblemáticos atractivos turísticos de la provincia de Urubamba y del Valle Sagrado de los incas.
Ollantaytambo
Existe un lugar en la región Cusco que cautiva tanto como Machu Picchu y la propia Ciudad Imperial. Se trata de Ollantaytambo, la urbe también construida por los incas ubicada en el corazón del Valle Sagrado y conocida como “Ciudad inca viviente”, que alberga a uno de los parques arqueológicos más turísticos del Perú.
Gracias al excelente nivel de conservación de su patrimonio arquitectónico, paisajístico, natural y cultural, heredados de un pasado incaico glorioso, sumados a su firme compromiso actual con el desarrollo sostenible a través de turismo, Ollantaytambo ha cosechado importantes distinciones como uno de los “Mejores pueblos turísticos del mundo” y el primer “Pueblo con encanto” del Perú.
Ollantaytambo se encuentra en la provincia de Urubamba, a casi 60 kilómetros al noroeste de la ciudad de Cusco y a una altitud de 2,792 metros sobre el nivel del mar. Este distrito turístico se divide en dos sectores bien definidos: la ciudad o pueblo y el parque arqueológico, ambos construidos durante el reinado del inca Pachacútec, en el siglo XIII de nuestra era.
La ciudad se asienta junto al río Urubamba o Vilcanota, venerado desde antes de los incas y que contribuye a forjar la impactante belleza del Valle Sagrado. Pese a sus orígenes ancestrales, Ollantaytambo alcanzó el estatus de distrito recién el 2 de enero de 1857, por una ley dada en el gobierno del presidente Ramón Castilla. Su territorio abarca una superficie de 645,25 kilómetros cuadrados y tiene una población aproximada de 11,000 habitantes que se dedican principalmente al turismo, la agricultura y la ganadería.
Posee un clima muy agradable cuya temperatura mínima es de 11°C a 15°C y máxima de 18°C a 23°C, durante todo el año. Como ocurre en todos los valles de la sierra peruana, hay presencia de lluvias estacionales de verano (diciembre-marzo) con vientos de oeste a este durante todo el año, siendo más intensos en los meses de julio a setiembre.
Según investigadores de este lugar, el nombre Ollantaytambo proviene del vocablo aimara Ullanwtawi que significa “Ver hacia abajo” o también “Mirador”. Posteriormente, con la consolidación y expansión del imperio inca el idioma quechua fue predominando en esta zona y el nombre inicial fue cambiado por Ullantay. Al construirse un tambo o alojamiento en la explanada del lugar se adoptó el nombre de Ullantay Tampu para derivar luego en Ollantaytambo, como se le conoce actualmente.
La belleza arquitectónica de la ciudad o pueblo de Ollantaytambo queda grabada en la retina desde el primer instante. Tiene un diseño urbanístico bien planificado con el esquema geométrico divido en bloques rectangulares que son el sello constructivo inca.
Sus estrechas y rectas calles construidas íntegramente en piedra, que invitan a recorrerlas muchas veces, se abren en dirección al río Urubamba y conforman 15 manzanas o “canchas”. El pueblo está dividido en dos zonas por el riachuelo o canal Patacancha. Se trata de Qosqo Ayllu, en el sector oriental, que comprende la plaza central y cuatro calles paralelas al Patacancha. El otro sector es Aracama Ayllu, que comprende la zona occidental de Ollantaytambo y donde se encuentra el parque arqueológico.
Las viviendas, locales y recintos diversos del pueblo de Ollantaytambo, edificados sobre muros incaicos originales, destacan por su excelente estado de conservación durante ocho siglos. Cada manzana o “cancha” está conformada por un conjunto de predios que comparten una misma puerta hacia el patio central. Estos espacios habitacionales han sido ocupados, ininterrumpidamente, desde la época inca.
Su distintivo como “Ciudad inca viviente” responde a la cultura viva que se aprecia en todos sus rincones. Los coloridos trajes típicos que visten sus habitantes, los talleres de textilería de los cuales brotan hermosas prendas como chuyos, ponchos, bufandas, mitones, escarpines, bolsos, junto a muchas otras artesanías que se ofrecen a los turistas, así como la deliciosa gastronomía que tiene a las papas nativas que allí se cultivan como insumo estelar, constituyen el sello que identifica al pueblo de Ollantaytambo.
En el pueblo de Ollantaytambo se encuentra el Centro Andino de Tecnología Tradicional y Cultura de la Comunidades de Ollantaytambo, donde se exhiben muestras de arquitectura, artesanías y tradiciones de sus habitantes.
Ollantaytambo cumple un rol clave en el mapa turístico cusqueño, dado que allí se encuentra la estación desde donde parten los trenes que conducen a la ciudadela de Machu Picchu y el pueblo es punto de conexión con otros atractivos turísticos importantes del Valle Sagrado como Chinchero y Moray, así como las salinas de Maras, los andenes del distrito de Yucay, el Qhapaq Ñan o Gran Camino Inca, entre otros.
El otro sector de Ollantaytambo y el que concita la mayor fascinación de los turistas es el parque arqueológico del mismo nombre, ubicado en la zona occidental del distrito y donde sobresale una imponente fortaleza que es una considerada una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería inca. Su construcción, al igual que Machu Picchu, se remonta a la etapa de mayor expansión del imperio inca, durante el reinado de Pachacútec, en el siglo XIII.
Durante los primeros años de la conquista española, la fortaleza sirvió de refugio a Manco Inca, quien encabezó la resistencia tras la captura y muerte de Atahualpa. En 1536, las tropas españolas comandadas por Hernando Pizarro se enfrentaron al ejército de Manco Inca en Ollantaytambo. Luego de una cruenta batalla y una tenaz resistencia inca, los conquistadores se vieron obligados a retirarse de la zona por un tiempo.
Los estudios en Ollantaytambo indican que su construcción fue orientada en dirección hacia la ciudad del Cusco, y su estratégica ubicación fue elegida por la existencia de canales de agua subterránea descubiertos en la zona. Los constructores de Ollantaytambo diseñaron un sistema de acueductos que actualmente siguen operativos. Cada fuente de agua fue labrada en roca con características y diseños propios. La más conocida y considerada la más hermosa es la Fuente de la Ñusta, hecha de una sola piedra y decorada en forma de un portal.
En la fortaleza de Ollantaytambo se aprecian seis enormes bloques de piedra de forma rectangular que pertenecen al llamado Templo del Sol. Estos se ubican en una de las zonas más altas del lugar y parecen ser una construcción que ha quedado inconclusa. El monolito más grande mide más de cuatro metros de altura y dos de ancho. La construcción cuenta con una plaza en la cual se ha situado un gran bloque con aristas perfectas, las cuales están orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Las calles están divididas en líneas rectas por las que solía discurrir el agua a través de los canales.
Uno de los detalles que más sorprende de Ollantaytambo es que las rocas usadas en su edificación están perfectamente pulidas, con cortes impecables y están intactas, lo que revela que los constructores fueron capaces de trasladar las piedras y transportarlas sin dañarlas, a pesar de que la fortaleza está construida en una pendiente muy elevada. Algo similar a lo que se puede apreciar también en el formidable Machu Picchu.
Otro lugar interesante es el cerro Pincuylluna, ubicado frente al Templo del Sol de la fortaleza de Ollantaytambo. Allí se puede apreciar estructuras de bloques de piedra superpuestos con seis ventanas de fachadas e igual número de colcas o almacenes incas.
Los atributos culturales, paisajísticos, naturales, históricos y arquitectónicos que posee Ollantaytambo le han hecho merecedor de varios reconocimientos y distinciones. La más importante es su elección como uno de los “Mejores pueblos turísticos del mundo”, en la XXIV Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que se realizó en diciembre de 2021 en Madrid, España.
Con esta premiación, la OMT distingue a los pueblos de todo el orbe que han demostrado su compromiso con la promoción y la conservación de su patrimonio cultural y con el desarrollo sostenible a través del turismo.
Otro importante galardón a Ollantaytambo es el de primer “Pueblo con encanto” del Perú, otorgado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) este año como un reconocimiento a sus singulares atractivos naturales y culturales. Esta designación, que nace por iniciativa propia del Mincetur, tiene como objetivo promover el reconocimiento de los pueblos con vocación turística, no solo por los diversos atractivos que puedan ofrecer, sino también, por la pasión y entrega de su gente al desarrollo turístico de su comunidad.
Ollantaytambo también ha sido declarado como “Capital mundial de la Indianidad” y su danza Wallata de la cuenca del río Patacancha fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura, el 30 de octubre del 2008.
Asimismo, la Festividad del Señor de Choquekillka fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación en junio de 2017. Tres años después, en junio de 2020, el Parlamento Andino distinguió a la “Escenificación ancestral del Ollantay Raymi” como Referente Cultural Inmaterial de la región Andina.
Hay dos formas de llegar de Cusco a Ollantaytambo. Una al norte por el pueblo de Písac; otra más corta al sur, por el pueblo de Chinchero.
Por la ruta Pisac hay que tomar los buses en la calle Puputi s/n en la ciudad de Cusco. Los autos pasan por el pueblo de Písac y llegan a Calca. El viaje dura aproximadamente 1 hora y 20 minutos. Luego, desde Calca, se debe tomar un auto hasta el pueblo de Urubamba en un recorrido de 30 minutos. Finalmente, se debe abordar un bus desde Urubamba hasta el pueblo de Ollantaytambo con un viaje de aproximadamente 30 minutos.
Por la ruta Chinchero se debe abordar los vehículos en la calle Pavitos de la ciudad de Cusco, los cuales llegan hasta la plaza principal de Ollantaytambo, con una parada intermedia en el pueblo de Urubamba. El viaje dura aproximadamente 1 hora y 30 minutos.
Otra de las formas que los turistas utilizan es contratar los servicios de una agencia de turismo que los transporte desde la ciudad del Cusco hasta la estación de tren Ollantaytambo. Una vez allí se puede realizar un recorrido por la ciudad y el parque arqueológico. Si los turistas se encuentran en alguno de los pueblos del Valle Sagrado, pueden abordar vehículos que conducen hasta Ollantaytambo.
Chinchero
Este impresionante destino turístico se encuentra ubicado en el distrito de Chinchero, provincia de Urubamba. Fue declarado como parque arqueológico mediante la Resolución Directoral Nacional Nº 515 del año 2005. Con una extensión de 43 hectáreas, Chinchero fue originalmente ocupada por una etnia anterior a la cultura inca. Ya durante el apogeo del Tahuantinsuyo, el inca Túpac Yupanqui planificó la construcción de los palacios incas de Chinchero que estaban destinados para la élite inca.
En la actualidad, en el pueblo de Chinchero es posible ver aún los magníficos restos de lo que fueron esos grandiosos palacios. En el centro de la plaza principal y sobre lo que fue el recinto principal se alza una iglesia colonial, el contraste que se genera le da a Chinchero un ambiente especial, como si fuera un lugar suspendido en el tiempo.
Salinas de Maras
Constituyen un conjunto de más de 3,000 pozas poco profundas con un área de 5 metros cuadrados cada una en promedio y albergan sal natural y agua salada. Están ubicadas en la ladera de la montaña Qaqawiñay, a 3,380 metros sobre el nivel del mar. Se encuentran a 50 kilómetros al norte de la ciudad del Cusco, a 10 kilómetros del pueblo de Maras, a 16 kilómetros de la ciudad de Urubamba y a 26 kilómetros de Chinchero, en el Valle Sagrado de los incas.
Estas pozas son alimentadas por un manantial subterráneo hipersalino que se originó hace aproximadamente 110 millones de años durante la formación de las montañas de la Cordillera de los Andes. Los pobladores de Maras comercializan esta sal, tal como lo hacían los incas hace cientos de años.
Desde un mirador se puede apreciar y registrar imágenes de las coloridas tonalidades que adquieren las pozas de sal cuando reciben los rayos del sol, así como a los pobladores en plena faena de recolección de la sal natural de color rosado que caracteriza a este fascinante lugar del Valle Sagrado. En las Salinas de Maras se puede comprar esta sal rica en minerales como magnesio, calcio, potasio y silicio.
Moray
Este parque arqueológico se ubica en el distrito de Maras de la provincia de Urubamba y tiene una extensión de 37.50 hectáreas. Moray es un sistema de varias terrazas circulares concéntricas de gran tamaño y se cree que fueron un centro de investigación agrícola. La disposición de los andenes genera una variedad de microclimas, en el centro del sistema alcanzan su máxima temperatura y la cual se va reduciendo según se alejan hacia el exterior.
Estas terrazas permitieron que se produjeran una gran variedad de verduras y más de 3,000 variedades de papas, además de que permitían domesticar especies de plantas silvestres, es muy posible que también se plantara hoja coca, venerada por los incas y las culturas precolombinas.
Yucay
Se encuentra a 55 kilómetros de la ciudad del Cusco y a 2,857 metros sobre el nivel del mar. Es uno de los pueblos más bellos del Valle Sagrado de los incas y posee un encanto misterioso que hechiza a sus visitantes gracias a sus construcciones pétreas incas y a las tradiciones de su población. Posee un clima templado y es considerado el pueblo del valle de Urubamba con mejor clima y tierras más fértiles. Alberga algunas de las mejores terrazas agrícolas de factura inca. Estos andenes se encuentran en las laderas de las montañas que rodean el pueblo.
Durante la época inca, Yucay fue lugar de residencia de los gobernantes Huayna Cápac y Sayri Túpac. En la época colonial fue uno de los lugares más importantes dado que el fértil valle de Yucay estaba integrado también por los poblados de Maras, Urubamba, Chichubamba, Huayoqari, Huayllabamba y Urquillos que integraban un importante circuito de comercio.
Iglesia de Santiago apóstol
Templo colonial ubicado en la plaza de Armas de la ciudad de Urubamba, construido entre 1649 y 1686. Posee una torre campanario de dos niveles compuesto por tres campanas, una de las cuales se encuentra encima de las otras dos.
Esta iglesia alberga hermosos cuadros de la escuela pictórica cusqueña y un hermoso altar hecho de madera y enchapado en plata con figuras alegóricas a la flora y fauna de la zona.