El presidente de China, Xi Jinping, participará en el encuentro del Consejo de jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) que se celebrará los días 15 y 16 en la ciudad uzbeka de Samarkand, lo que marcará su primer viaje al extranjero desde el inicio de la pandemia del coronavirus.

La cumbre de la OCS, compuesta por Rusia, Kazajistán, China, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, Pakistán y la India, mantiene en vilo las portadas mediáticas, dado que puede ser la primera vez que Xi se reuna con su homólogo ruso Vladímir Putin desde el inicio de los combates en Ucrania el 24 de febrero.

El asesor de Putin para política exterior, Yuri Ushakov, anunció los planes de organizar el encuentro bilateral entre los dos líderes. Sin embargo, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático, Mao Ning, se negó a profundizar al respecto. «No tengo información para ofrecer en este momento. Si hay información, la daremos a conocer en el momento oportuno», sostuvo.
«Una nueva realidad»

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acentuó en una rueda de prensa de este martes que Moscú y Pekín coinciden sobre «una nueva realidad» en la que se debe dejar atrás al mundo unipolar. «Creemos al unísono con nuestros camaradas chinos que la existencia de un mundo unipolar es imposible», subrayó. Ambos países están de acuerdo que es un escenario «imposible», cuando «el llamado mil millones de oro [término con el que en el mundo rusoparlante se suele referir a las poblaciones ricas de Occidente] pretende dictar las reglas en la economía, la política e imponer su voluntad a otros Estados», dijo Peskov.

Desde el diario chino Global Times recogen, citando a los analistas consultados, que el viaje de Xi y la cumbre de la Organización de Shanghái «será una ocasión ideal de China para presentar su sabiduría en materia de desarrollo y relaciones internacionales, y hacer contribuciones al mundo». Asimismo, recuerdan que las naciones de la OCS dejaron de lado «la mentalidad de la Guerra Fría, conceptos como el choque de civilizaciones y la superioridad» de algunas de ellas.

Mientras, Bloomberg evalúa que ambos viajes «reforzarán la visión de Xi de un mundo, donde China puede expandir sus intereses sin temer la amenaza de presión económica o militar por parte de EE.UU.». A su vez, Reuters señala que la reunión puede darle a Xi la oportunidad de «subrayar su influencia», mientras que Putin «puede demostrar la inclinación de Rusia hacia Asia». «Ambos líderes pueden mostrar su oposición a EE.UU., mientras Occidente busca castigar a Rusia por la guerra en Ucrania», sintetiza la agencia.

«Un período de ruptura histórica»

Las altas expectativas de la cumbre se reflejan también en el discurso oficial. Así, el presidente uzbeko, Shavkat Mirziyoyev, escribió un artículo con motivo del evento en el que destacó que actualmente el mundo está ante ‘un período de ruptura histórica’, cuando termina una época y empieza otra, aún imprevisible y desconocida».

En este sentido, según el líder uzbeko, la reunión de los mandatarios podrá dar un ejemplo de cómo promover «un diálogo inclusivo, basado en principios de respeto mutuo en aras de seguridad común y prosperidad», mientras que Samarkand podría convertirse en la plataforma para unir y conciliar a Estados con «prioridades de política exterior diferentes».

Se programa que la ampliación de la OCS será uno de los puntos clave de la agenda. Así, los Estados miembros finalizarán el procedimiento de adhesión de Irán como miembro de pleno derecho. Mientras, se aceptará la solicitud de incorporación por parte de Bielorrusia, que ahora ejerce de observador.

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